1.- Ante la llegada
del verano, vacaciones, festivos y sanfermines comienzan a proliferar los
alborotos, las aceras ocupadas, los juegos de balón entre los coches, las
llegadas de madrugada, la música escandalosa y demás efectos indeseados de las
bajeras de ocio. Con un claro efecto mimético y extensivo: si la bajera de al
lado lo hace y no pasa nada, mi bajera también.
2.- Capítulo aparte
merece la música. Nosotros venimos manteniendo que si se suprimiera la música
el 80% de las denuncias y conflictos vecinales desaparecerían. Sobre todo de
noche y madrugada. Ahí están los estadillos de las policías, sobre todo de la
municipal. Televisión en tono moderado y gracias. Denunciamos las especiales
resonancias que se generan en bajeras que no están ni insonorizadas ni
preparadas para el ocio y la música. Resonancias que no son cuantificables en
términos de decibelios, sino de retumbantes molestias de fondo. Nosotros hemos
propuesto que cuando se compruebe lo cierto de una denuncia se obligue a cerrar
la bajera y sólo se abra en condiciones de insonorización
y con horario. Recordemos que es una de las condiciones que ya se pide para
alquilar la bajera y que evidentemente no se cumple.
3.- Esto nos
recuerda que se ha cumplido un año de la novedosa propuesta de horario de
cierre para las bajeras que presentó el actual equipo de gobierno municipal, y
tenemos que decir en su favor que sólo su enunciado en prensa ya llevó un
apreciable descenso en las molestias a los vecinos. Pero si no se traduce en
una normativa todo se olvida y volvemos a los conflictos de siempre.
4.- Queremos
constatar que allí donde hay una bajera de ocio hay conflictos por definición.
No sólo Pamplona. Ahí están Tafalla, Estella, Alsasua y diversas localidades menores. En
algunos casos han regulado el horario, cosa que nos parece lo más eficaz, y todos, ayuntamiento, vecinos y jóvenes, se
han evitados un montón de disgustos. Lo
que no hagas en tu casa no hagas en la bajera. Porque partimos de una base
inamovible: las bajeras de ocio no reúnen condiciones para el ocio. Y eso hay
que regularlo.